13 junio 2005

El aprendiz

Cosme se acercó a la puerta de entrada de la casa. Estaba atardeciendo y el aire tenía un tono dorado que, junto con las sombras alargadas en la acera, daban a la calle un aspecto irreal y borroso. Observó el candado e inconscientemente palpó el llavero abultado que llevaba en el bolsillo de los pantalones. Estaba parado enfrente del portal, en medio de la acera. Miró a los lados furtivamente, como si la presencia de alguien le pudiese impedir que se acercase hasta la cadena que cerraba la antigua puerta de madera. Dio un par de pasos hacia delante y sacó las llaves.
Del llavero colgaban al menos treinta o cuarenta llaves, todas muy parecidas, de la misma marca que el candado y Cosme no sabía si la que necesitaba estaba entre ellas. Empezó a probar una a una, con la cabeza agachada, pasando a un lado del aro que las unía las que no abrían. A la octava, el candado hizo un clic metálico y el gancho se separó de la caja. Empujó la puerta, después de quitar la cadena y dejó que la luz mortecina y el aire dorado entraran en la única habitación que había, iluminando las motas de polvo y haciéndolas brillar como diminutas luciérnagas voladoras. Buscó un interruptor casi a ciegas, manchándose los dedos al rozarlos por la pared. Cuando lo encontró, una bombilla desnuda colgada del techo manchado de humedad iluminó débilmente una habitación llena de muebles viejos, montones de libros y revistas polvorientos, cajas repletas de objetos antiguos, trajes usados y cuadros apilados sin colgar.
Cosme cerró la puerta, respirando despacio el polvo removido y jugueteó con el llavero en sus dedos. Se quedó inmóvil, en el centro de la habitación, observando despacio todo lo que había, con el ceño fruncido y gesto de concentración.
Después de unos segundos, detuvo su mirada en una pequeña rinconera de madera, medio sepultada por libros y papeles, y se acercó a ella. Buscó entre los tomos, agachado, ayudándose con las dos manos, girando el cuerpo para que la luz de la bombilla llegara hasta el rincón. Al fin, se puso en pie con un bloc de anillas amarillento. Se colocó debajo de la luz, agitado, sintiendo que había encontrado lo que buscaba y abrió la libreta. En la primera hoja, escrito a mano leyó: “Acertaste con la llave pero no con la puerta”. Levantó la mirada rápidamente, mirando a su alrededor nervioso. Sintió pánico cuando se apagó la luz, soltó la libreta e intentó andar hacia la puerta gritando, pero la voz no le salía de la garganta y las piernas se le habían quedado pegadas al suelo.
Mientras se convertía en una fotografía vieja de una señora en barco, Cosme sintió que todos esos objetos polvorientos de la habitación se reían de él, y antes de empezar a acumular polvo dentro de un portarretratos de latón, se arrepintió de haberle robado las llaves al mago.


11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bonifasi;

Vaya susto, vaya con las 40 llaves, vaya foto con el barco, vaya cuantas anillas en un papel amarillo, vaya imaginación la tuya...

Un abrazo

martes, 14 junio, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Bonifasi;

Estimado Sr. Cross:
Aún me duele la mandíbula de reirme con las historias de Fidel Castro, menudo personaje.

MUCHAS GRACIAS

martes, 14 junio, 2005  
Blogger Cross said...

Bonifasi, se supone que fidel es el novio de la Miss Intelijente (http://blogs.ya.com/soyunamiss/, ahí es donde empieza la historia. Si lees el blog de ella te partes, y si luego vas comparando con los post de él alcanzas el estado de "descojone". No se si están aliados o no por es la risa.
Un abrazote, que me encanta que te rias.

martes, 14 junio, 2005  
Blogger pedazodecaos said...

como siempre tus historias y sus finales me dejan impresionada... ¿tienes algo publicado? me refiero a papel ya me entiendes, prometo comprarlo. :)

miércoles, 15 junio, 2005  
Blogger Cross said...

pedazodecaos, para mi este blog es la forma de publicar lo que escribo. Lo lee mas gente que cualquier libro que pudiese publicar y además algunos dejais vuestras opiniones.
Angel, lo de los finales de estas historias es curioso porque la mayoría de las veces son totalmente improvisados despues de un buen rato de intentar contar "otra" historia.
Un fuerte abrazo a todos y gracias por las visitas.

jueves, 16 junio, 2005  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Cross, al puerto he enlazado varios espacios y me organizo para ir leyendo todos, porque todos los que he seleccionado me interesan,me motivan, y me señalan otras neo-luces. creo que tu 'Aluzinante' es un lugar entrañable. La ficción, desde los cómics, me ha formado,y creo que así como a mí, a mi niño,por ejemplo, le atraen historias sobre magos, países exóticos,naves espaciales, superhéroes...
En algún momento mi niño leerá tus relatos... disfrutará.
Y yo me permito hacer un link de tu 'Aluzinante' en el puerto. Un muy cálido saludo y:
¡Salux Cross!.

viernes, 17 junio, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Genial el relato, y perfecto en la forma, como siempre. Empezaba a perder la esperanza porque los relatos por capítulos que no puedo leer a mi ritmo me desesperan, sin embargo, veo que también escribes relato corto, un placer leerte.
PD: ni idea de lo que ha pasado con desparafusado ni con su blog de microescritores, es una pena pero acostúmbrate, aquí la gente viene y va sin avisar.

viernes, 17 junio, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Ni siendo clarividente me hubiera imaginado el final. Soberbio relato, Cross.
Besos desde el porche ;)

viernes, 17 junio, 2005  
Anonymous Anónimo said...

muy bueno, bueno bueno
un abrazo

domingo, 19 junio, 2005  
Blogger Cross said...

Vir, gracias por los ánimos y por en enlace, un abrazo.
tt, una pena lo de Microescritores, era divertido. Iré posteando historias independientes y capiítulos del Diario de Viaje, aunque mas despacio de lo que me gustaría.
Sonela, tú si que eres soberbia, besos de buen rollo.
ecce homo, igual de bueno que tu Mortimer. Un abrzo.

lunes, 20 junio, 2005  
Blogger MarthePG said...

Buenos días!

No tengo palabras, el comienzo es impresionante, pero el final es sencillamente maravilloso. No me esperaba ese final. Me has enganchado desde la primera línea, la tensión de ir probando las llaves (menos mal que sólo fueron ocho), el entrar, tantear la poca luz de la bombilla, y la frase del cuaderno, ufff, una historia estupenda.

Besos

miércoles, 06 julio, 2005  

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