20 mayo 2005

Garabato

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Garabato es una escultura de dp
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Bruno no duerme bien últimamente. Se despierta constantemente, agitado, nervioso, con un sentimiento de desasosiego lo suficientemente grande para incomodarle en el sueño, pero no tan fuerte como para hacerle desistir y levantarse. Así, dando vueltas en la cama, medio dormido y confuso, pasa las horas a oscuras, sin saber qué es lo que sueña que no lo deja dormir.
Nallua escucha música por la noche con una radio pequeña que le regaló su hermana para que le hiciera compañía, cuando se vino a vivir a la ciudad. Sintoniza una emisora local que pone canciones antiguas, de las que sonaban con orquesta. Entonces cierra los ojos y se imagina cantando y bailando, con un vestido largo de color azul, bajo la mirada de todos esos músicos de smoking y de un público de modales antiguos que aplaude educadamente.
Harper teclea en su ordenador, acompañando a la madrugada y esquivando el sueño inquieto de su mujer. Se tiene que llevar trabajo a casa y tres noches por semana le roba a su vida unas horas de sueño. A veces, cuando ya no puede más, se asoma a la ventana sin abrirla y contempla las luces apagadas del edificio de enfrente, tratando de no pensar en nada y con ganas de llorar.
Cristin siempre ordena la ropa que se va a poner al día siguiente justo antes de acostarse. La deja doblada o en perchas en una silla al lado de la cama. Duerme con la puerta de su habitación cerrada y cuando se despierta por la noche, mira el reloj digital de la mesilla y calcula la hora que es en otros países. Imagina situaciones cotidianas en otras lenguas, cosas que están ocurriendo justo en ese mismo momento, mientras ella juega a que tiene los ojos cerrados cuando los deja abiertos.
Bruno, Nallua, Harper y Cristin no viven cerca unos de otros, pero si en la misma gran ciudad. No se conocen de nada y ni siquiera pueden imaginar que han coincidido tres veces en el último año, en el mismo lugar y en el mismo instante. Una gasolinera, la puerta de unos grandes almacenes especializados en deportes y mientras esperaban a que se pusiera verde un semáforo de peatones.
Si conociesen esa coincidencia, esa probabilidad ínfima cumplida, quizás sentirían que sus vidas son como garabatos irregulares pintados en un folio, que se cruzan y a veces se mezclan, que forman figuras sin sentido, que emborronan el papel o lo llenan de color, que son líneas rectas que unidas dibujan curvas.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ouisa le dice a su hija Tess en "Seis grados de separación" de John Guare:
"Leí en alguna parte que todos los habitantes de este planeta están separados por los demás por solo seis personas. Seis grados de separación. Entre nosotros y todas las demás personas de este planeta: el presidente de los Estados Unidos, un gondolero de Venecia...añade el resto. Me parece a) tremendamente consolador que estemos tan próximos, y b) la tortura china del agua que estemos tan próximos"
Te veo tan o más inspirado que el sr.Guare, "tratando de no pensar en nada y con ganas de llorar", frase que no le tiene nada que envidiar.
Salúdame si me ves en un garabato, perdón, semáforo.
Besos de trescientos sesenta grados.

viernes, 20 mayo, 2005  
Blogger Cross said...

Sonela, hace poco leí un artículo (http://www.alianzo.com/blogs/redessociales/2005/04/21/mas_de_60_000_voluntarios_trabajan_con_d), en el que hablaban de esa posibilidad. La verdad es que me llamó bastante la atención y es divertido imaginarse que cuando alguien dice "Mi cuñado tiene un amigo que conoce a uno que es primo de ...., el final de la cadena puede estar al otro lado del mundo.
Besos enlazados.

sábado, 21 mayo, 2005  
Blogger MarthePG said...

Muy buena la idea de describir a varias personas en un mismo momento, pero en distintas situaciones, como si un hilo invisible las uniera.
Y sobre la información de los seis grados... Creo que hay una película, que nos hace ver que las coincidencias no se deben tanto a cosas del destino como a que realmente estamos cerca de otras personas.

Un beso

sábado, 21 mayo, 2005  
Blogger Vanessa Alanís said...

que bárbaro! excelente relato. me encantó. supongo que admeás de que está bien escrito, tiene ritmo y cierra bien, hay un poco de bruno, nallua, harper y cristin en todos nosotros. por lo menos dentor de mi, todas esas figuras se pelean x las noches.

sábado, 21 mayo, 2005  
Blogger pedazodecaos said...

impresionante... cada día me engancho más y más a tu casa...

domingo, 22 mayo, 2005  
Blogger Cross said...

Angel, yo creo que ahora nos comunicamos de otra forma, menos comprometida. Por ejemplo, hace 50 años era muy dificil que nadie leyera lo que escribes sin que tuvieras algún tipo de relación personal con esas personas. Ahora uno puede hacerlo con la "comodidad" de no tener que conocerlos. Es para pensar sobre ello. Un fuerte abrazo.
Galatea, me encanta verte por aquí. Quizas el destino no sean mas que muchas casualidades seguidas...
diminui, tú si que eres barbara...
Me gusta mucho lo que escribes.
Pedazodecaos, todos tenemos nuestros vicios ¿no? Un abrazo.

lunes, 23 mayo, 2005  

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